No dejare tu recuerdo en aquel mar descorazonado.
Mientras una duda pasajera,
nubla mi mente cambiante,
solo es falta de tiempo
la que me obliga a pensar:
En aquella noche tan fría y alucinante,
que tus manos y las mías se acogieron en un abrazo triunfal,
en aquel beso casi a escondidas,
detras del teatro, en la plaza municipal.
No llamaría a aquel beso un lamento,
pero tampoco fue un momento
que rememoraria
con cariño y anhelo.
Tiempo a tiempo atrás,
me pregunto si hice lo correcto al dejar aquel momento pasar;
No era el momento para un romance de sábados,
ni para un amor frugal,
solo fue un beso y nada más.
Pero aquel beso termino nuestra amistad,
(que ni tan fuerte era para empezar)
Nos conocimos, nos vimos, nos gustamos,
nos besamos y lentamente nos olvidamos
y cortamos cualquier vínculo
que hubiese quedado.
No lo se, no lo se,
podría morir mañana mismo,
y ni al funeral te hubieras presentado.
Éramos dos estrellas fugaces que chocaron
y cambiaron en curso perpendicular.
Estos recuerdos que sostengo en mi mano,
los dejó libres en el cielo estrellado.
Y aquellos recuerdos de un lamento descorazonado,
solo serán polvo de estrellas,
en un gran océano interestelar.
No dejaré tus recuerdos en aquel mar descorazonado,
pues siempre estarán a mi lado,
De tus locuras surgieron mil raíces
y aunque las cenizas siempre serán cenizas,
tu seras un diamante para mi.