Hay una diferencia entre dejar ir y pretender que has olvidado.
Los ves en aquel recuerdo,
a los fantasmas en duelo,
que te persiguen por un corredor eterno,
que solo piden amor y consuelo.
Todos tenemos
aquellos fantasmas,
de amores pasados y duraderos,
que desechamos y perdemos
por amores más pasajeros.
Hemos elegido tener menos
de lo que merecemos,
fingimos sonrisas amenas
cuando por dentro el alma está en pena.
¿Cuando decidimos elegir la felicidad de los demás por sobre la nuestra?
¿Cuándo fue la última vez que decidimos ser felices?
Vivimos en esta mentira
que creemos, que creamos.
La verdad es,
buscamos amor en todos los lugares equivocados
amamos las sensaciones buenas,
y amamos la violencia.
Amamos los bonitos regalos,
los autos y apartamentos caros,
las mentiras y los engaños,
miradas lindas y palabras bonitas,
y anhelamos un amor opuesto
al que sobre nuestro hombro se acuesta.
Estamos condicionados a aceptar este amor a medias,
pero el amor debe ser más que una serie de tragedias.
¿No?
Elegimos mal al amar,
Y aquellos amores que añoramos
son fantasmas menguados,
fotografías viejas en una mesa de noche,
mensajes borrados,
y recuerdos que nos hacen daño.
De aquella persona que escapó
y huyó con nuestro corazón,
el dia que le rechazamos sin pensar,
el dia que preferimos a alguien más.
Huimos de estos fantasmas,
que intentan alcanzarnos en nuestros recuerdos.
fantasmas de aquel amor no correspondido
(fantasmas de aquel amor mal tenido).
Recuerdos que forman una epifanía,
dejamos ir aquel amor que nos merecia
por uno que nos destruiría.
Aquellos que extrañamos ese amor de ayer
solo podemos dar un brindis
por los amores mal habidos
y por todos aquellos, por mal haber.